martes, mayo 03, 2005

Clase n° 11-El día después del examen

Las ideas se habían desvanecido. El viaje de vuelta en colectivo sobrellevaba todo un sueño nebuloso, lleno de idas y venidas del alma. No puedo controlarlo, a falta de siesta, siempre acabo rendido en el asiento del apurado 55.
Hoy es el día después del examen. No es que el exámen halla sido ayer, sino que me encuentro en el momento, en el día, y después de haber rendido.
Haber rendido me puso en otro nivel de satisfacción, de felicidad. Últimamente se completaron todos mis pedidos. Los pusé muy adentro de una urna, y espero que nunca escapen.
Estoy de novio, en un buen camino amoroso de por vida; parecería ser que la facultad esta tornándose cómoda, amoldándose así a mis costumbres, habilidades y tiempos.
¿ Será cierto lo que estoy pensando?¿ Será cierto que el destino obra para mi bien en este momento de mi vida?
Pensando, pensando, solo puedo hacer frente a esta cuestión por dos caminos muy distintos. Uno creyendo, diciendo "si es verdad", levantando la cabeza y sintiéndome feliz. Pues el destino miró a esta pequeña hormiga y le empezó a servir como a un rey. Lo lleno de amor, de cariño, de satisfacciones y de facilidades, sin un gran grupo de complicaciones por superar.
Analizando la facultad, el destino obligó a toda aquella relación de exámenes, a separarse de tal manera, que me dieran semana, semana y media y dos semanas enteras, como para repartir el distinto tiempo dedicado a estudios y así poder prepararme de la manera que yo más quisiese.
Ayer Dios estuvo de mi lado (Je je). Se sentó a un costado de mi cama, relajó mi mente, y comenzó a bajar la información mediante un diskette en mi vieja computadora mental. Por supuesto que le pareció un trabajo largo y dificultoso. Ya que mi cerebro tardó unas largas horas para poder almacenar tantas hojas, tantos conocimientos, tantos pensadores y tantas creencias.
Volviendo al destino, te adoré mucho esta mañana. Sentado, los más compañeros muy cerca mío, el de adelante se copió de sobremanera y tu destino hermoso, lograstes que los exámenes fueran fáciles y sin demasiados obstáculos. Esto de quererte es muy meticuloso.
9:35 Am, horario de salida de la facultad. Caminé una serie de cuadras, disfrutando del saludo de mi amigo el sol y llegando a la parada de colectivos para volver a casa, comencé la cuestión ¿ 7, 8, tal vez me saque un 9? ¿ Y si no promociono?
Un pequeño miedo, luego la imagen de todos dentro del aula. Un silencio profundo, las hojas comenzaban a girar más rápido, haciendo más ruido. El profesor cansado, hacía un tanto de calor. Fui uno de los primeros en terminar, el chamullo de muchos, los machetes de otros, los errores de pensamientos frustrados, y por cierto y siempre presente, aquellos que saben todo. Afuera del aula, la típica charla del "¿ Cómo te fue?", dudas, reconocimientos de errores, la felicidad de lo contestado ¡Por lo menos se que no me bocharon! (sonrisas)
Después de todo es como todo, JA, es como el colegio, si estudias aprobás, es fija. De en verdad me siento muy contento con mi rendimiento en esta mañana. Ahora desbordando la idea del destino, creo que todo marcha como debería desde hace ya mucho mucho tiempo. Logré por fin encontrar a esa persona amada y así también llegar a estudiar en un tiempo corto y agitado todas aquellas anécdotas que hacen del libro de Administración. Todavía sigo en esa búsqueda del trabajo, no la veo muy distante, a mucho camino. Pero igual espero que ese llamado mágico al mundo laboral, resuené en el abismo de mis días a porvenir, por detrás de todas las fechas de los primeros parciales.
Y ahora si, gracias destino. Perdón diario íntimo por abandonar la escritura tantos días, pero debo de seguir con el correr de mis deberes y estudiar para el próximo examen. Nos vemos con el tiempo, tu escritor favorito....




03/05/2005