viernes, septiembre 08, 2006

(de de eme) "Un escrito pensado para ustedes"

14 de Julio, el día esperado.
Estaba ansioso, muy contento, sabía que mi firma sería el próximo cambio revolucionario en mi desempeño laboral¡ Mi primer trabajo en blanco!
La llamada días atrás me había cautivado, donde me dijeron y repitieron que comenzaría a trabajar para ellos. Que solo necesitaban que pase a firmar mi contrato.
Y allí estuve, fue cuando conocí a Milagros Quinteros, una compañera excepcional. No solo con quién compartiría mi estancia dentro de la organización, sino una persona muy especial al hoy para mí, que escuchó todos mis problemas cuando no tenía a quién más contárselos, y que me ayudó incondicionalmente en poco tiempo a prepararme para rendir un examen de idioma en mi facultad. Ella se encontraba allí por la misma razón que yo, estábamos listos para ingresar a este mercado laboral, para saltar todas las barreras que nos impusieran.
Era muy feliz, se me había cumplido parte del sueño. Podía tener mi propio dinero, comprar con el muchos regalos, salir con mis amigos sin pensar cuanto gastar y así también poder colaborar con los gastos en mi hogar.
La aventura tuvo algunos obstáculos. El primero de ellos era la venta asegurada. Los supervisores ardían, querían de nosotros el desempeño perfecto. Sin palabras que nos intimidaran, pero con algunas indirectas, se encargaban de que nuestro trabajo salga tal como ellos lo querían; y aunque en reiteradas ocasiones se contradijeron mutuamente, nosotros pudimos hacer un buen trabajo de igual manera. Eso sí, nunca voy a olvidar los reiterados:
-¡ No tutees!
-¡ No le digas eso!¡ Decile que ...!
Etcétera. Como segundo obstáculo el departamento de calidad. Que más allá de llamarse departamento, no era más que una pequeña oficinita con posters tales como de los Simpsons, las chicas súper poderosas y otros. Dentro trabajaban unas tres o cuatro personas que nos llamaban reiteradas veces para darnos devoluciones sobre las escuchas y grabaciones que realizaban en base a nuestros llamados.
Rescatable sí, era que ellos nos marcaban todos nuestros errores y como solucionarlos. Pero debo decirles que la manera en la que se manejan estos empleados es en base a la amistad.
Todo el flujo circular de las relaciones interlaborales se basaba en ello. Si uno no concluía rápidamente su amistad con algún supervisor, o con los empleados de este departamento. De seguro que no iba a tener respaldo alguno si apareciera repentinamente en la lista negra.
¿ El tercer obstáculo? Si, si, fue el amor.
Pero no el amor que yo conozco, o el amor tal como lo intentamos describir todos los días. Era el juego del amor.
La gente que trabajó allí conmigo, tenía sus reglas, sus lazos de amistades concretadas. Mucho me costó a mí y a Milagros Quinteros asociarnos con estas personas. Estaban aquellos a los que nos era difícil llegar, estaba quién se sabía toda la puta historia del call center, estaba quién se creía de peso y no tenía donde caerse muerto, quién intentaba armar parejas. Y aquellos en los cuales uno no daría ni dos monedas para tenerlos como empleados.
Los grupos estaban bien diferenciados. Pero por suerte, un tiempo después, se abrió una campaña donde personas de distintas campañas, incluyéndome a mí. Fuimos juntados sin conocernos para trabajar en un nuevo proyecto, del cual en poco tiempo daría fin al trabajo de algunos, entre los que me involucro.
¿ Por qué digo, “por suerte”? La suerte se encontraba en que no teníamos a un supervisor picándonos las espaldas. Allí conocí gente maravillosa.
Teníamos disponibilidad para hacer cosas, que en otro espacio físico de aquél lugar no podríamos haber realizado.
Recuerdo las tardes de risas, los chistes, las anécdotas, las charlas de sexo, y “de jubiladas con sus pensiones”. Ustedes me dieron más felicidad allí dentro. Recuerdo las críticas y risas con la extrovertida de Sharon(con el box espacial); los cartelitos y masajes de Nelly con quién compartí mis gustos musicales; los chistes e historias de Alex quien siempre mantenía una sonrisa; los jueguitos psicológicos de Fabián que nunca quería decir su edad; la confianza en contarme su vida de Débora que no solo estudiaba lo mismo que yo, sino que también supo escuchar parte de mi historia; las extensas charlas y verdades con July, que siempre saltaba con la idea de la vida esta para disfrutarla(y así es querida!!); las proposiciones indecentes y el dígalo con mímica de Carlitos, que nunca va a ver otro juego de ese estilo si no es con él, etcétera, etcétera.
Me llevo muchas imágenes, muchos sentimientos, muchos aromas. Más las críticas que teníamos con los supervisores, “con esas sillas de mierda” y la bronca en algunas cuestiones que compartíamos a diario.
Más nunca los voy a olvidar a ustedes. Me dieron mucho y creo que nunca voy a poder devolvérselos con total integridad. Aunque eso sí, les ofrezco mi amistad, con la cual van a poder contar por siempre, y de la que nunca me voy a arrepentir de entregarles.
Ahora les deseo que les vaya bien de por vida, que sigan creciendo, aprendiendo, riendo como hasta ahora, que sigan soñando y disfrutando de la vida, que es la única fuente de alimentación de nuestros pequeños motorcitos. Y que en nuestros próximos encuentros y reencuentros, sepamos todos mirarnos nuevamente y descubrir que aunque tuvimos un corto pasado juntos, fue de puta madre.
Los quiere y querrá por siempre.
Leito.


08/09/2006

comentarios howdyanos pliss

1 comentarios:

Anónimo dijo...

la verdad yo tambien quiero agradecerte por toda la onda que le pusiste a esas tardes de locuras y quiero regalarte una frase:
"El secreto del éxito, es la constancia en el propósito"
Mucha suerte en todo! y nos estamos viendo para seguir hablando de qué loca es la vida!..Besotes..Juli, la murguerita de Boedo y Cuerva hasta la muerte!