jueves, abril 14, 2005

Ella Tan Maravillosa

Ella tan maravillosa, te amo. Camino por la calle desierta, el cielo violeta, mojado. El viento sopla desde un costado y levanta polvo, papeles y basura. El piso, una pileta de escombros, de objetos, me hacen imposible un paso acelerado. El sonido de los gritos de mis sueños me persiguen, más que perseguirme, me molestan.
Están por doquier, aquí, allá. Son recuerdos de viejos amores, rodean todo este camino, puedo verlo y tan imposible aún, PUEDO OLERLO.
Tanto sufrimiento, si lo cuestiono llego a la conclusión de que fueron parte de mi experiencia de vida y el daño fue curado por este nuevo sentimiento.
Me pierdo, no logro concentrar el sonido, son todas plegarias malditas que me rodeaban en un antes y que cuando despierto se extinguen con tu imagen y la ayuda del señor sol.
Subo a una vereda en esas caudras que están construidas con lindas baldosas rectangulares blancas y negras. Camino sin cesar y me paro al costado de un semáforo, veo los rostros del sueño y los disuelvo. Más arriba, el fin de los edificios, más aún las nubes, y en las nubes creo tu rostro, lo moldeo y lo hago lo más semejante posible.
Tu hermosura y maravillosidad son inalcansables. Allí tu sonrisa imagino, y me cargo de fuerzas. El semáforo cambia a verde en un instante y sigo paseando en este sueño de cielo violeta.
Allí en los bancos de una plaza me siento, miro al cielo y no profundizo mi mirada. Cierro los ojos, logro mayor concentración. Escucho tus susurros, alivian mis oidos doloridos. Siento tus labios mojados en mi boca, mi felicidad está completa.
Recuerdos malditos, todo sucedió muy rápido. Desaparecen estas emociones que son cambiadas por los dolores más profundos del inconciente. La familia peleada, mis malditos pensamientos delirantes y suicidas, mi padre acostado en estado vegetativo esperando el tren al cielo, los dolores de cabezas por llantos de diversos amores, los amigos perdidos, las batallas fracasadas, mis enemigos más íntimos, las frases más hirientes.
Me revuelco en el suelo del dolor y sin parar de girar en él, me aferro con mis manos a toda fuerza del suelo. Lo raspo, lo arranco, lo aprieto. Abro mis ojos en blanco y apunto al más allá. Mi cuerpo se paraliza y no tengo más fuerzas para aportar a esta lucha.
Muy lejano un silbido, viene zigzagueando cantando una especie de canción clásica. Cada vez se hace más oible. Me molesta, me aturde, cesa. En un silencio de segundos escuche la frase que me salvo la vida. Atrapé con cuidado cada letra que pronunció tu bella voz. Me salvó el poder del sonido de tu amor.
Nos despertamos al mismo tiempo parecería, miré tu rostro espléndido y sentí mi felicidad nuevamente a cada extremo de todo mi cuerpo. Todavía tenía la bendita posibilidad de seguir compartiendo el tiempo que me queda de vida al lado de la persona más especial del mundo.
Cada beso que me ofrecistes, fue recibido, aceptado, analizado y vuelto con otro fabricado por el mismo calibre. Tan fogozos, tan sensibles, tan tiernos y dulces, tan amorosos.
No puedo creer como lográs que mi mente divague con pensarte, que a cada beso y abrazo, lográs una pausa en mi interior y me siento en las nubes, tocando un arpa y componiendo cansiones para tu escencia hermosa.
Estoy dispuesto a decorarte una casa de nubes, en los cielos dedicarte todos mis pensamientos y aprender los saberes más bellos para comentártelos e intentar con cada habilidad llenar de luz las imágenes que canalizan tus ojos. Fotografiando al mar, pintaria las paredes con su color y del verde de las hojas de los árboles asientaría todo el suelo. De flores las puntas del cuarto llenaría y con su perfume el todo del lugar se maravillaría. Solo me falta una parte en este cuarto, lo más hermoso y alegre que encuentro dentro de los archivos de mi mente. Ahí esta tu sonrisa, tan hermosa, tanto la aclamo. Ningún otro ángel tiene una igual, y muchos recelan mi privilegio, el tenerte conmigo, el poder amarte, el poder sentirme amado por tí.
Mi princesa, me has salvado la vida. Me has sacado de los pasillos más profundos de aquellos recuerdos dolorosos y tristes. Solo estrechastes tu mano, llamastes amándome y me diste una nueva vida, una nueva posibilidad en este mundo. Te estoy totalmente agradecido por todo eso que tiene tu persona que me hace feliz completamente, que me hace volver a recordarte y poder juzgar gritando ante todos los dioses, desconociendo el poder, la sabiduría y juicio que otros creen que tienen:
-¡ A pesar de todos los males sufridos en esta vida, a pesar de todas las malas jugadas e injusticias, pensando en ti juzgo que todo está bien!





13/04/2005

1 comentarios:

Anónimo dijo...

holis!!!!como tas amor? espero q ben, t keria decir que te reeee amo, gracias por amarme, es maravilloso poder amarte sabiendo que me amas, espero que sientas cuanto te necesito aqui a mi lado, beshos y nos vemos.
Ah! TE AMOOOOO!!!!!!!!!!!!!