jueves, enero 20, 2005

Escrito n° ( 8 )

Sentimientos de poeta muerto. Mi pluma cae sobre un grueso papel. Los pétalos dejan de florecer y maduran hasta secarse. Las iglesias cerradas los domingos. Casas inavitadas. Cuadros sin dibujos. Libros en blanco.
De repente un panadero viajando por toda una calle en medio de la nieve que en fin golpea mi ventana y queda temblando con ganas de entrar y acompañarme junto a la chimenea.
Miro la foto que aún espero tener y lloro, recuerdo todo lo que puedo. Las imagenes, los sonidos, los olores, el tacto, resplandecen en la reproducción. Y veo tu sonrrisa y escucho la música de tus labios, y siento tus manos acariciandome, y huelo el calor de tu respiración. De repente sonrrió, me alegro al fin y beso tu foto, la apoyo sobre la repisa y logro consiliar el sueño.
El verano pasa inadvertido en este año, las fiestas se aproximan en momentos y mis sueños siguen tapados por una nube de humo.
Renasco en este escrito, vuelvo a sus mentes, los intento hacer interpretar y viajar por distintos mundos. Un día a lo largo de la historia de los universos, había un Rey que tuvo que dejar a su lacallo a mando del mundo entero por problemas de salud que el Dios de la misma dispuso la enfermedad fatal, y este joven inexperto comenzó esta historia, y quizas luego de varios millones de incontables años neptunianos cese su mandato a otro humilde lacallo. Pero mientras este nuevo rey siga invisible, se que voy a ser protegido en cierto criterio, espacio y tiempo.
Espero que las moiras indiquen una buena fecha en su reloj de la muerte para mí. Haciendome experimentar los más prohibidos valles del amor, llegando amar como el más codicioso ladrón a su dinero, llegando a sufrir como el pianista manco o pero aún como el cantante mudo.
Espero más todavia el salto, la reacción inesperada, el arranque de hoja de relato, el milagro. Espero que cambien los climas, que tus ojos me miren desde el cielo, que tu voz resuene en mi mente, y por fin me llame, me grite, te amo.....
Acostado enfermo te sigo recordando, ahora como una sombra, porque tu rostro esta escondido en ella, pero puedo si quiero extraer tu risa, o sentir tus palmas acariciandome la cara. Y así puedo volver a dormir en esta enfermedad, sigo viviendo.
Avanza el virus, mis ojos están estallando. Me pierdo en un abismo, callendo enredado de mis propios recuerdos. Y cada vez más alto el retrato de tu sombra, tus contornos en un cielo violeta, de relámpagos y lluvias ácidas.
Desapareces, te desvaneces, te fuistes de mí, pero en este cielo blanco en el que me encuentro, puedo recordar tu nombre, y respirar una vez más. Estoy sentado, lo sigo hace un rato ya. Continuo con este relato tipeado a computadora, y vuelvo a vivir con solo haber recordado tu nombre. Gracias....


22/12/2004

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