viernes, enero 14, 2005

Muy aburrido

ABURRIDO............

No lo estoy pero vamos a escribir sobre aquello. Cuando estoy aburrido es todo típico, es todo normal, es todo igual, es todo de memoria. Cuando estoy aburrido nunca busco divertirme, porque estoy aburrido. Cuando estoy aburrido empiezo a pensar, y soy complicado con aquello, me predispongo a pensar y recuerdo voces, miles, muchas, una conversación, dos, tres o más. Veo sus rostros mientras en mi caso la profesora de química sigue hablando con esa modalidad tan rutinaria y adormeciente que ya no me puedo concentrar. Cuando estoy aburrido, es a la mañana, es colegio, escuela o como quieran llamarlo. Las materias que no me llaman la atención pasan desapercibidas ocultas detras del aburrimiento, así como también cuando se hace imposible prestar atención a una mala dosis del enseñar del docente. Recuerdo sin haberlo predeterminado y ahí está, mi cuardeno con dibujos y anotaciones, si una vez más vamos a matar el tiempo hasta el minuto o los dos antes de que toque el timbre.
Cambio de variables, una sonrrisa junto con mi compañero de banco, mirá a quién se parece ese, aquél, nuevos apodos, nuevos dibujos, nuevos blancos respecto a próximas víctimas para el divertimiento propio. Allí estamos en el aula, la misma tipa aburrida que nos reta y quiere darnos consejos, que nos advierte, casi amenaza con no explicar el próximo tema y evaluarlo de la misma manera sin explicaciones.
¡Que aburrido! ¿Por que no se calla? Esta vieja que no para de romper las pelotas, solo para parar allí y pedir al más inteligente o como dicen algunos responsable el ejércicio del medio, esa es mi parte preferida, porque siempre uno termina adquiriendo más de lo que pide y gratis.
¡Uy, uy! Solo hablar del colegio, el síndrome de lo aburrido, porque somos tan vivos que la sabemos todas que las tenemos claras, ahora y muchas veces antes comprendí estas palabras, e intento cada tanto cambiar mi personalidad y mostrar la que es más inteligente, la que es más responsable, la más interesada en el saber.
Cuando estoy demasiado aburrido, es cuando intento conciliar sueño. Me recuesto con frío, a pesar de mis 7 frazadas, mi cuarto grande y oscuro luego de cerrarse mis ojos resulta pequeño y escondido, todavía titila la luz de mi video y ojeo por última vez el despertador por miedo a quedarme dormido. Otra vez.
Ahí estoy, muy solo, apollo la cabeza en mi gran almohadón, poco cómodo pero grande y delgado, abrazo a mi almohada con tanto amor y cariño con el que nunca demostré a nadie, y recuerdo a ella, nunca es la misma, que no es conocida de nadie, pero siempre es la ideal, al menos por ese momento. Allí suena un tema de rock, como le dicen los que saben, es sólo guitarra distorcionada y bla bla bla, intento quebrarlo disuadirlo pero me es imposible, estiro mis pies, de los cuales las medias bailan para zafarse y el sentimiento de frío renace en mí. Giro, giro y vuelvo a girar, me aburro.
Ahora si, estoy listo para dormirme, pose perfecta, una canción terminada y mi amada almohada sobre mi pecho, soy un hombre feliz. Ahora penetro en mi cabeza, recuerdo su cara, su todo y río, y me da miedo y vuelvo a pensar en alguna circunstancia del día, y sigo muy aburrido. No sé por qué el señor sueño no me invade y me lleva a descansar junto a él, me rescata del aburrimiento de esa situación, puramente horrible. Vuelvo a acordarme, cuanto tiempo ha pasado, asomo un ojo hacia el despertador y los minutos no pasaban por más de sexto de hora. Imposible, no me podría dormir, estaba admitido que era otra de esas noches en las que dormía nada, va... poco.
Mucho silencio, pero el silencio es sordo, incontable pero temerario. No pienso ahora más que en ello y en que estoy muy aburrido, que no puedo dormir, entonces simulo el último momento antes de dormitar, lo buscó y lo encuentro, pero pasa de allí, es solo una imitación, jamás podré volver a dormir. Imagino que estoy muy cansado, pues lo estoy, pero el motor no deja de acomodar las neuronas, en ese proceso de reactivación del cerebro en donde se olvidaron de algo, sigo despierto.
Nunca pude saber cual fue la última palabra, la que me condujo, pues el laberito era infinito y el tiempo corría muy lento, como años y décadas, como edades y eras. Termino de aburrirme para reposar esas palabras viperinas y despertar en algún momento muerto de la noche, en donde estoy muy agobiado y no puedo esquivar al sueño y a su señor que me había atrapado al fin. Ahora si, son las 6 de la mañana y rutinariamente, aburridamente vuelvo a concoordar mis acciones. Si, otro día aburrido de colegio pero hoy salimos más temprano ¿ Habrá tiempo para una siesta? Solo el señor sueño lo sabe...................................

0 comentarios: