Un pequeño sueño:

La noche era tormentosa, las estrellas se apagaban y las nubes se juntaban impidiendo que la luz de la luna ilumine siquiera, el calor incendiaba mi alma, delante de mí un camino cada vez más angosto, las paredes todas demolidas y a pedazos, y el piso atrás mío caía a mi correr, sentía que mi suerte se acababa, el camino se achicaba y mis fuerzas poco a poco se extinguían, el sudor recorría todo mi cuerpo, hasta que vi una luz muy a lo lejos, al alcanzarla mis ojos parpadearon un par de veces. Estaba fuera de mi cuarto tirado en el suelo, al voltearme pude ver dentro de mi habitación, las llamas alcanzaban todos los rincones y quemaban todos mis recuerdos, solo quedaba en mí la felicidad de seguir vivo.


Un relato pensado en dos minutos por Leonardo Escobar